Después de un primer trimestre convulso y de incertidumbre en cuanto a migración y remesas familiares, el 2017 no ha sido un mal año para Guatemala y la región. De hecho, se contabilizan que a pesar de las supuestas restricciones que se impondrían, así como las políticas cuasi extremas al respecto por parte del gobierno estadounidense, se ha observado un aumento del rubro monetario que se envía todos los meses desde el país del norte. Dando muestra que sigue siendo el motor que mantiene en auge el comercio y la economía nacional.
Representantes de instituciones del tipo cooperativas, confirman tal hecho, al observar que en los primeros meses del año, se recibieron más remesas que de costumbre, en parte debido a cierto temor que existía por parte de los cerca de 2 millones de guatemaltecos que se encuentran actualmente laborando en Estados Unidos. La cifra se ha mantenido estable, y más aún al cumplirse casi 6 meses de mandato del nuevo presidente, Donald Trump, mismo que afortunadamente no ha implementado con ciertas medidas que prometió cuando se estaba en campaña. Una de ellas, la más temida, la deportación de cada persona inmigrante ilegal y el cese entonces del envió de divisas.