Con un golpe de estado y otros problemas sociopolíticos en su haber, el país vecino se enfrenta nuevamente a un proceso electoral que no ha resultado en otra cosa que suspicacias, protestas y declaraciones alarmantes. Hasta el momento, la situación ha degenerado hasta en un toque de queda en las principales concentraciones habitacionales, debido a protestas desarrolladas por inconformes con el lento proceso de contabilización de votos por parte de la dependencia electoral estatal.
A todo esto, por momentos pasados el principal opositor del gobierno, Salvador Nasralla, se declaraba como ganador, para después, según el último escrutinio, quedar en segundo lugar por escasos votos, frente a un Juan Orlando Hernández que va camino a un segundo periodo de mandato. Ante esto, el Abogado Diego Granada brinda su punto de opinión al respecto y muestra como el asunto va más allá de un simple escrutinio de boletas marcadas con una equis. Para él, el asunto estriba en las incostitucionalidades que se están generando desde el ejecutivo hondureño, tales como presionar al congreso del vecino país para establecer una sala constitucional y así reformar a su favor las leyes y entonces permitirse un segundo periodo como presidente, haciendo caso omiso a las decisiones tomadas por el pueblo soberano. Esta decisión está cobrando ahora tintes más grises, si tomamos en cuenta las denuncias de fraude que ya resuenan.
El pueblo elige