En el marco del Día Mundial de la Salud Mental (10 de octubre), cabe preguntarnos por un concepto que si bien ha sido planteado de diversas formas, aun es complejo de definir. La Organización Mundial de la Salud (OMS) dicta que la llamada salud mental es un estado en el que converge el bienestar subjetivo o interno del humano, en concordancia con su entorno. Es decir un equilibrio entre una persona y su ambiente, garantizando un adecuado comportamiento y alcanzando una calidad de vida.
Cabe mencionar que la misma OMS, dice que definirla con un solo párrafo es demasiado pretencioso, porque depende en gran medida de factores socio-culturales, religiosos, económicos u otros, para dictar lo que es o no es salud mental. No obstante, algo que tienen en común las distintas formas de definición, es que salud mental y enfermedad mental no son necesariamente opuestas, es decir que la primera no tiene como elemento innegable la ausencia de la segunda. Alguien que padezca un trastorno psíquico no necesariamente carece de salud mental, ni una persona con aparente estabilidad en su entorno goza de salud en su mente.