En el marco del Día Mundial de la Salud Mental (10 de octubre), cabe preguntarnos por un concepto que si bien ha sido planteado de diversas formas, aun es complejo de definir. La Organización Mundial de la Salud (OMS) dicta que la llamada salud mental es un estado en el que converge el bienestar subjetivo o interno del humano, en concordancia con su entorno. Es decir un equilibrio entre una persona y su ambiente, garantizando un adecuado comportamiento y alcanzando una calidad de vida.
Cabe mencionar que la misma OMS, dice que definirla con un solo párrafo es demasiado pretencioso, porque depende en gran medida de factores socio-culturales, religiosos, económicos u otros, para dictar lo que es o no es salud mental. No obstante, algo que tienen en común las distintas formas de definición, es que salud mental y enfermedad mental no son necesariamente opuestas, es decir que la primera no tiene como elemento innegable la ausencia de la segunda. Alguien que padezca un trastorno psíquico no necesariamente carece de salud mental, ni una persona con aparente estabilidad en su entorno goza de salud en su mente.

¿Cómo está Guatemala?

Según el psicólogo clínico, Luis Aníbal Velásquez, el país sufre cada vez más de poca salud mental. Derivado de factores externos como la violencia, los problemas económicos, la corrupción, el desinterés social, la deshumanización, entre otros muchos factores. Sin embargo, el guatemalteco como tal, tiene todo el potencial intelectual de adaptarse y sobresalir, solo es cuestión de recibir orientación adecuada y dejar de pensar en el “yo primero”.
Velásquez analizó que todos requerimos de un acercamiento a la salud mental, para entonces comprender por qué actuamos de determinada forma o reaccionamos de otra distinta. En Guatemala, es común escuchar de problemas derivados de estrés, ansiedad o depresión y hasta el sentimiento de soledad, todos de hecho, síntomas inequívocos de que hace falta salud mental. Más allá de la falta de sentido de la existencia, que deriva en la búsqueda infructuosa de placer y supuesto éxito en la vida, sin profundizar en lo verdaderamente importante, como la felicidad y la auto realización personal.

Principios de una buena salud mental

El humano presenta aspectos que determinan la salud mental. Por ejemplo, la tolerancia a la frustración, la capacidad de no abatirse frente al mínimo fracaso. La resiliencia, o la forma de superarse aún en las peores condiciones. La autoaceptación, la confianza propia de todos nosotros en lo que somos y en lo que somos capaces. Todo reunido en el pensamiento crítico, el hecho de pensar por nosotros mismos, razonando, y no solo dejándonos llevar por lo que los demás piensan.
Con todo, conviene realizarse un auto examen en la materia. Determinar qué aspectos psicológicos son los detonantes de nuestro comportamiento y entonces trabajar en ello. Se incluye tomar las cosas maduramente e igualmente reconocer cuando no podemos hacerlo solos y entonces buscar la ayuda profesional necesaria. Recordando que la vida se hizo para disfrutarla y no solo para verla pasar.
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