Con una crisis a las puertas, Guatemala nuevamente se halla con la incertidumbre de no saber qué sucederá en medio de protestas, manifestaciones y mensajes presidenciales solicitando la expulsión de personas que hasta el momento, se han ganado la credibilidad y confiabilidad de los ciudadanos guatemaltecos. Sin embargo, desde el pasado miércoles, Jordán Rodas en su papel como Procurador de los Derechos Humanos y vislumbrando un panorama nada alentador, ya hacía hincapié en la importancia de luchar por la soberanía nacional y evitar que una institución como la CICIG fuera atacada; y si las circunstancias lo demandasen dijo, instaba al pueblo a no quedarse callado y levantarse, tal y como sucediese en 2015.
De esta manera, las predicciones se cumplieron y Estado de Guatemala se enfrenta, de nuevo, ante un desafío. Con las recientes acciones tomadas por el Presidente de la República, Jimmy Morales, al declarar no grato a Iván Velásquez, hasta ahora máximo representante de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), se debilita aún más un sistema de gobierno que hasta la fecha tampoco se había asentado del todo. Con esto, el país se encuentra ahora a las puertas de otra crisis institucional que pone en tela de juicio la capacidad del mandatario para enfrentarse a los verdaderos problemas nacionales, y deja claro su postura de actuar motivado por intereses nada claros.