Por: Américo Girón
Se ha mencionado, en los recientes días, en varias ocasiones al teletrabajo y sus beneficios, sobre todo en la disminución de los riesgos laborales ante la pandemia del COVID19. El teletrabajo no es algo nuevo, pero en la actualidad contamos con tecnología y dispositivos electrónicos que pueden facilitar realizar las tareas de una oficina o comercio, en la casa.
Uno de los beneficios que hemos dejado a un lado y nos puede ayudar en la actual crisis económica, es de desarrollar las economías locales. Por ejemplo, ciudades como Anaheim (California), Guatemala y Quetzaltenango (Guatemala), Bucaramanga y Bogotá (Colombia), la mayoría de sus trabajadores viven lejos, del lugar de trabajo.
¿Pero qué pasaría si esas personas se quedaran todos los días a trabajar en las localidades donde residen?, porque el teletrabajo no es solo trabajar desde la casa sino que también trabajar cerca de la casa. El ahorro que tendrían los trabajadores por la ausencia de desplazamientos y en el costo del parqueo del lugar donde trabajan, lo pueden utilizar para consumir productos o servicios en los lugares donde residen. Las ciudades dejarían de ser “Ciudades dormitorio”, empezaríamos a observar una descentralización de productos y servicios hacia estas, siendo esto de beneficio a sus habitantes. También observaríamos a personas que son parte de la “mano de obra calificada”, con capacidad económica superior a la media de esa ciudad, interactuando con personas que no forman parte de estos segmentos de la población.
El efecto que veríamos en las ciudades que concentran los lugares de trabajo, es una baja en el precio de la renta de las oficinas, pero también en la tarifa del parqueo, alimentos, productos y servicios. Disminución de problemas de congestionamiento vehicular y por consecuencia mejoras medioambientales.
Para las ciudades en general, entrarían a una competencia de atracción de estos “teletrabajadores”, cuya característica será la exigencia, para vivir en esas comunidades, es de que tengan buen nivel de vida (educación, salud, protección al medio ambiente, agua, entre otros) recordando que si la “marea sube, todos los barcos suben”, es decir si las ciudades abordan esos temas todos lo habitantes resultan ganadores.
Para ver esto debemos de tener el compromiso tanto de las empresas, que lo propuesto puede formar parte de su responsabilidad social empresarial, en donde reforzarían a la lucha por lograr los Objetivos del Milenio, (Trabajo Decente y Crecimiento Económico, Reducción de las Desigualdades, Ciudades y Comunidades Sostenibles, Producción y Consumo Responsables, Acción Por El Clima, Industria, Innovación, Infraestructura), de los trabajadores y de las autoridades de las ciudades, en donde los beneficios de teletrabajo también se conviertan en beneficios de las personas que no lo pueden realizar.